viernes, 18 de febrero de 2011

Una olla.


Parece mentira que siga habiendo gente que se tape los ojos ante la verdad. No creo que exista una necesariamente, pues la relatividad es francamente aplastante.
Vemos lo que queremos ver, sin embargo sentimos lo que es. Nos negamos a creer que existe alguna verdad alternativa a la que siempre nos contaron porque es más sencillo seguir la corriente de lo mundano.
Ser alternativo es algo complejo.
Puedes ser un loco, ajeno, solitario. Ligero.

¿Decidimos que percibir? qué fuerte. Somos unos falsos con nosotros mismos. autoengañadores, dadores de mentira. debería darnos vergüenza... pero supongo que así nacimos y nos criamos. Entre ojos que sólo miran hacia adelante con los laterales tapados, con los brazos como las muñecas de Famosa, con el corazón confuso e indeciso.

Vienen ideas nuevas. Llegan, aparcan en doble fila y se van , como se van los pajarillos que emigran, las tortugas que paren o los peces rencorosos.(no, en realidad los peces no)
Los peces no saben ni donde andan parados. ¿Seremos como peces? vagando una y otra vez por el mismo emplazamiento...chocando, comiendo, sientiendo el agua que nos roza, bebiendo agua sucia...limpia.
¿Seremos nosotros peces y no nos dimos cuenta? ¿quién es el dueño de la pecera?
No vemos más allá del cristal que nos para... y si lo vemos lo olvidamos. Nuestra memoria se torna selectiva para contribuir a la estabilidad emocional de los peces.


Decidido: lo somos.

1 comentario:

  1. Estamos en la pecera, en la cueva de Platón, somos tan poquita cosa, tan limitados, tan torpes... Pero qué apasionante ser, existir, e intuir que más allá de la cueva, de la pecera hay algo...

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