sábado, 21 de mayo de 2011

Yo necesito respirar, como lo hacían los pájaros.


He escapado de varias cárceles a lo largo de mi corta vida. La mejor cárcel para vivir es el amor, aunque sea loco. Loco, loco.

Otras cárceles aprietan, agobian, y son incluso más interesantes. La cárcel del alma, gracias Platón por tu innata sabiduría.

Incomprender (se) puede ser desesperante, e incluso desafiante. Una vez que controlas tu cárcel, puedes entrar y salir a gusto de consumidor, ahí tiene para aprender Guantánamo.

Y ser preso que cuenta días y semanas. Y soñar con los árboles y la soledad. Ser y sólo ser. Contigo mismo, con el aire y la vida. Con la libertad de ser tú mismo y comprender.

Por tener la libertad de pensar; que no te pueden quitar.


Los sueños, no se pueden encarcelar.





viernes, 13 de mayo de 2011

Hoy vi de nuevo esa mirada,
se sube en pescadería y va hasta la iglesia del Rocío, y yo le miro , miro y me encanta. Tendrá 10 añitos, los ojitos marrones y una tierna sonrisa que ilumina el bus línea 5. Es tierno y le gusta que su papá le acaricie la cabeza.
Yo no puedo hacer otra cosa que mirarle y sentir un cúmulo de rosas en el pecho. Es algo tan grande, tan bonito...un padre con su hijo con discapacidad. Sentado en su silla de sueños, con la que recorre las calles y se supera a sí mismo.

Hoy me propongo preguntarle algún día su nombre, ponerle nombre a la belleza.