Lo que no se controla, es lo que existe.
Cuando pensamos mientras actuamos, estamos robando un poco de la originalidad y pureza del ser instintivo. Somos algo no muy importante, dentro de un todo. Y hacemos, rompemos y arreglamos (de vez en cuando).
La acción conlleva cognición, emoción, motivación e impulso. Algunos actos pueden clasificarse o definirse con una sola de estas palabras.Para mí, son los que existen.Los que te hacen saber que eres tú y no un caballo, lo que te hacen dejar de preocuparte del olor del tabaco.
No estamos, a cierta edad, acostumbrados a dejarnos llevar.Simplemente porque miramos por el rabillo del ojo, el lateral de las gafas de lejos.
No estamos acostumbrados a expresar sin anticipar. Por palabras posteriores...por lluvia molesta.
¿Y todo esto en qué queda? ¿Para qué nos sirve?
Para desaprender a ser niños, enanos,locos, ingenuos,infantiles. Niños que ríen a carcajadas porque alguien se llevo la nariz sin devolución; que sufren si se llevan su carrito. Que lloran si desapareces.
Lo que nos queda es no olvidar, qué somos, qué hemos sido y lo más importante...
vivir simplemente. Disfrutar, llorar, cantar, saltar, rabiar, perdonar. Actuar.
Porque lo que te llevarás contigo es lo que has sentido.
Los hechos pueden resultar la mentira más vil.