Esos dulces años, domingos en Villablanca, raspones en las rodillas, darle de comer a los gatitos, visitar Disneyland, montar en bici con mis primos, hacerles vestiditos a las barbies, Jugar con los lego de mi hermano, tragarme Annie 5 veces al día, comprarme diarios y rellenarlos, coleccionar las figuritas que venían en los Kinder sorpresa, hacerle ruequitas a mi hermano en el pelo, decirle "cuerpo danone" a mi seño de la guarde, ser feliz con los tazos...
Qué bonito es tener una infancia feliz y tener el privilegio de recordarla, porque los primeros años de la vida pasan pronto, pero desde dentro parecen una eternidad, parece que los quince esperados no llegan nunca...
A mis vecinos, mi babyborn, la pollypocket (que aun tengo), las semanas antes de los reyes magos(o meses) pegada a la pantalla del televisor , escribiendo en una lista lo que quería(que al final eran dos cosillas), hacer punto de cruz con 4 años, y punto y ganchillo cuando me aburría, leer "Celia madrecita", intentar convencer a mamá de que me comprara risketos sin éxito porque según ella olían a pies. Dormir en el porche viendo estrellas caer, los cumpleaños con miles de colores, ruidos y deseos.
Ana Mari (que se fue a Valencia...y la perdí), Gloria (que hoy tampoco está), Ali, Gemma, Fati, Sara,Sabina,Currele,Jose Carlos, Cintita,Mis primos Rocío, Nico, Pablito...
La infancia es una etapa preciosa porque parece que todo lo que llega es absolutamente único, parece que eres el único ser de la creación que disfruta de cada detalle. Todo te llena de ilusión, crees en todos tus amigos, en las promesas, hasta crees en lo que no puedes ver. Qué bonito.
No tiene precio la mirada de ilusión de un niño que está aprendiendo cada paso de la vida con todas sus fuerzas. No tiene precio ver crecer a una persona. No tiene precio poder recordarlo.
Hoy, existen culturas y por supuesto,realidades irreparables, que impiden el desarrollo normal de niños y niñas en muchos países. No es justo que yo haya podido disfrutar tanto mi vida como lo he hecho y otros tengan que conformarse el día de mañana con tinieblas.
Aun con todo y eso, creo que una de las habilidades de los menores, es hacer bello lo que parece muerto, de con una sonrisa mover lo estático. Siempre que sigan conservando la inocencia, serán ángeles que se merecen toda suerte de fortunas que el futuro les brinde.
Atte: Una prepsicóloga apasionada por el desarrollo. :)
Precioso, tierno, emotivo. ¿Qué más decir? Me ha encantado. Ah, la infancia, esos cimientos de nuestra vida a los que recordar y añorar siempre. Yo ahora añoro dos infancias: la mía y la de mis hijos, que también va de paso...Y es una añoranza tan fuerte, (sobre todo la de mis hijos cuando eran pequeñitos) que me hace llorar a veces.
ResponderEliminarMuchos besos, Rosalba!!
Cómo diría Alanis en la canción Crazy:
ResponderEliminarAnd then you see things
The size of which you've never known before...
They'll break it
Someday
Only child know
Una pena que la mayoría de los padres nunca sepan ser padres y se olviden de sus descendientes. Suerte en tu vocación, prepsicóloga :)
Y que pena el ver a los niños que pueden permitirse vivir una infancia feliz y que prefieren desperdiciar la mejor etapa de la vida humana por querer aparentar ser mayores y hacer cosas que no corresponden con su edad. Como se van a arrepentir dentro de 20 años cuando miren atrás y no tengan ningún recuerdo como los que podemos tener nosotros.
ResponderEliminarPrecioso texto. Un besazo Rosalinda.